Estoy trabajando en renovar el blog por un blog de relatos y personalizaciones de MTG. Los eventos volverán más adelante. Discupad las molestias.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Saga Hechicera - Mikla, el joven desarmado

Escrita por Mikla.

Despierta. No está acostumbrado a caer inconsciente. No está acostumbrado a viajar entre planos. Se pregunta dónde está, se pregunta cómo ha conseguido llegar ahí.
Cierra los ojos y piensa. Sólo piensa durante un instante antes de levantarse en el tiempo en el que tarda en abrirlos de nuevo; sus armas no están atadas a su cinto, su cinto no está en su cintura. Está desnudo y sopla un viento helado. No tiene su anillo.
Huele a aire limpio y hoguera cercana. Brilla un sol de mediodía y hay roca y nieve alrededor del pequeño campamento en el que se encuentra, cuenta diez tiendas, de tamaño individual, dispuestas en tres hileras y con una más alejada alineada en la hilera del centro, liderándolas. Suena a golpe de acero contra hueso, el hueco sonido de un escudo parando un golpe de madera. Levanta la mirada, hacia el horizonte. Todo son montañas.  
-Al menos tengo aliados a los que recurrir- dice, tratando de simpatizar con las desconocidas masas de roca.
Desvía la mirada hacia su alrededor más inmediato:  una pendiente, una ladera rocosa, y un ser alado se alza de espaldas a él por encima de lo alto de la pendiente.
Vengadora melenafuego
El ser lanza un rayo de luz abrasadora, profiere un grito y se abalanza sobre lo que muy seguramente es un campo de batalla improvisado.
Se acerca a la tienda de campaña separada de las otras.
 -De estar, está todo aquí. Si no, o ha desaparecido o lo llevan encima.
Su mente va más despacio que sus acciones, aún está entumecido y con el cerebro poco despierto, pero el movimiento es más inmediatamente necesario que el plan de acción. Encuentra su ropa, encuentra su cinto. Faltan sus armas y su anillo.

-Perfectamente desarmado, más me vale no toparme con alguien que sepa de magia.
Mientras se viste, sigue evaluando mentalmente sus posibilidades.
 -Ese bichejo alado puede ser un problema, puede que esté solo para cuando suba- Piensa con preocupación.
Domri Rade
Sale, y se dirige rápidamente cuesta arriba en dirección a lo alto del monte. Al llegar arriba, ve a diez soldados en formación presumiblemente defensiva, y, bastante alejado de ellos, casi al final de la enorme explanada que hace de la supuesta montaña una pequeña meseta, un hombrecillo de complexión delgada.  El ser alado tiene una forma claramente humana, claramente femenina. Claramente guerrera. Habla en voz alta y firme, él no entiende el idioma, aún. Sin embargo, sí puede identificar dos palabras sobre las que había oído advertencias antes: Domri Rade.

El combate estalla en cuestión de segundos, Domri Rade hace aparecer dos bestias del tamaño de tres hombres, de largos y afilados colmillos.
 “Esos colmillos casi parecen dos sables largos, probablemente los use a modo de cornamenta, da igual que su defensa sea perfecta, esos mostrencos no van a dejar títere con cabeza, y yo necesito mi sable y mi anillo.”
Al pasar estas palabras por su mente, se cruzan más sentimientos que el ansia de recuperar sus bienes más preciados. Se suman la compasión por el soldado a punto de ser aplastado y la curiosidad por el ser alado. La pasión de un reto más allá de un duelo de espada o de llamas; de superar lo que su madre adoptiva considera para él un peligro insalvable. Busca la roca más elevada a este lado de la explanada, la escala y dirige su voz al ser alado, haciendo señas para que se acerque. La mujer, sorprendida, le hace una pregunta y parece preparada a abalanzarse sobre él, espada en ristre. No hace falta más. Siempre tuvo facilidad para los idiomas.
-No, sólo quiero recuperar mis armas y salir vivo de aquí. Tengo un objetivo y me alegra saber que estoy en el lugar apropiado, viendo que aquel es Domri Rade. Os ayudaré por el momento. Después veré si perdono vuestras vidas- Es un farol, sin sus espadas ni su anillo es muy complicado que pueda derrotarlos.
-Bien, veo poder en tus ojos, pero un niño con poder es a menudo una molestia más que una ayuda en el campo de batalla. Si lo que quieres es salir vivo, lo más seguro es que debas renunciar a tus posesiones, el capitán de este batallón las porta confiscadas. No se va a retirar antes que ninguno de sus soldados y quiere que todos sobrevivan.- La voz de la mujer alada suena como un canto inspirador para él. Esa voz profunda y serena es la fuerza que necesitaba para despertar su mente.
El joven desarmado se dirige con voz potente al capitán.
-Capitán, tiene mis posesiones más preciadas en su poder. Deme su palabra de que me las devolverá inmediatamente tras la batalla, y ayudaré al batallón a salir de esta-  No sabe si su voz llega a oídos del capitán, pero se concentra para hablar como Els le enseñó y habla con naturalidad a pesar de no saber si es escuchado.
-¿Otro como el ojito derecho de la general Aurelia? Si no eres capaz de mantener tus propias armas cerca de tí no creo que vayas a ser de mucha ayuda. No molestes más, aprovecha tu suerte y lárgate con tu pellejo mientras nos encargamos de conseguir un almuerzo más decente que las raciones- El mensaje del capitán suena en su mente.
Entrando en el estado mental de combate, piensa: -Terco y estúpido, como cualquier soldado con la adrenalina fluyendo. Que tenga buen apetito es moral alta, sin embargo. Si esas bestias lo devoran sí que será imposible recuperar mis armas, por no hablar del problema que tendré con aquel canijo medio calvo si me quedo solo.-
No puede lanzar hechizos de llamas sin su anillo. No puede entrar en combate sin sus sables. Sólo le queda la magia de supresión táctica que Els le enseñó antes de marcharse a Theros. Y tal vez pueda infundir algo de valor en este hatajo de desgraciados.
La formación se prepara para resistir un ataque, la mujer alada observa y concentra sus energías.
No se percata hasta ese momento de lo buena que es su posición en la roca elevada. Mira a su alrededor buscando llanuras en lontananza. Encuentra una a la derecha de la posición de su oponente, y otra detrás de un bosque a la izquierda del mismo.  Extrae energía de la llanura que hace de campo de batalla y de la llanura a la derecha, y la dirige hacia la montaña más cercana. Brotan cadenas de la montaña, que se lanzan a por los colmilludos, arrastrándolos hasta la montaña, y atándolos con una fuerza propia de dioses a ella.  El invocador de las bestias obtiene maná de las zonas boscosas a sus espaldas, y convierte las cadenas de uno de los colmilludos en hojas y raíces, liberándolo. El colmilludo se dirige de vuelta a la batalla.
Colmilludo Krosano
 El joven desarmado prueba a extraer energía de una de las abundantes montañas a sus espaldas y canalizarla en forma de llama para abatir al colmilludo que va a por el batallón. Sin efecto. Como era de esperar.
Cuando abre los ojos tras concentrarse, ve caer una placa metálica a sus pies. Un puño. Rojo como el fuego, blanco como el sol del mediodía. La guerrera alada se gira dándole la espalda de nuevo, y se lanza a frenar la carga del colmilludo, gritando: -¡Por la Legión!
-¡Necia, el crío no tiene idea de cómo usar el amuleto, te necesitamos para lanzar los conjuros!- Brama el capitán.
El segundo colmilludo está a punto de chocarse contra la guerrera voladora cuando Domri Rade alza su cetro, lo hace girar, lo clava en el suelo, y el tamaño del colmilludo se multiplica por cuatro. La ahora colosal bestia pega los colmillos a ras de suelo, dispuesta a lanzar por los aires a todo aquel que se cruce en su camino.
El capitán, desesperado ante semejante desproporción de fuerza, da la única orden que puede dar: -¡Maldigo a esta melenafuego  desde mi propia tumba y después de muerto como no salgamos de esta! ¡SOLDADOS, PARAD A LA BESTIA!-
Amuleto Boros
En ese momento, y una vez superada la emoción de haber sido confiado con el amuleto distintivo de tan formidable ente guerrero, el joven extrae el maná reservado de la llanura izquierda y la montaña en la que el otro colmilludo aún sigue encadenado, y activa el amuleto Boros, con el afán de proteger al batallón. El amuleto emite un intenso destello blanco, cegándolo momentáneamente. Al recuperar la visión, ve el gigantesco cadáver del colmilludo yacer detrás del batallón, que ahora carga hacia Domri Rade con todo lo que tiene. Al ver sus fuentes recargadas, extrae maná de dos llanuras y dos montañas, con la intención de imbuir de llamas
la espada y de fuerza el cuerpo del capitán. Los soldados de a pie, de uniforme blanco y equipamiento idéntico, cargan con una coordinación milimétrica. La guerrera alada lanza otro rayo de luz a la par que avanza por encima del batallón. El capitán, notando su fuerza incrementada, salta para caer sobre el escuálido místico de las bestias. Para verse envuelto repentinamente en un banco de niebla que cubre todo el campo de batalla. Minutos después, cuando la niebla se dispersa, lo único que queda es el cadáver gigantesco de una bestia colmilluda, y los cadáveres de unos cuantos guerreros primitivos delante de donde el batallón mantenía la posición defensiva.

Con la bestia cocinada y los soldados comiendo y haciendo bullicio, el joven desarmado se dirige a la guerrera de la melena de fuego con intención de devolver el amuleto.
-Es cierto, la melena parece arder permanentemente como la luz del sol del mediodía.- Dice en tono neutral, con la intención de crear una simple conversación.
Como hombre joven, le maravilla la belleza de aquel ser cuya naturaleza le es tan desconocida; hasta puntos indignos de mención. Pero debe mantener la compostura, no se trata de una doncella; es una guerrera ardiente hasta el último cabello.
-No pronuncies palabras que tus ojos puedan desmentir, joven forastero. La lujuria no tiene cabida en la vida de un soldado. Apréndelo, o perece ante la espada del primer ángel de batalla que no esté en deuda contigo.
Además de formidable guerrera, profunda, sabia, atenta. Atónito, abre la boca para decir algo, pero la guerrera lo interrumpe.
-Tal placer mundano no es comparable con el fragor de la lucha. El reto de lo carnal no significa nada ante el reto de la autosuperación y la gloria. El vicio distrae tu mente, hace temblar tu temple. Por no hablar de los cientos de normas tanto angelicales como de la propia Legión Boros que lo prohíben por completo mientras se está de servicio- deja de hablar para un breve silencio - Antes de que preguntes, si estás en activo, estás de servicio. Nadie te obliga a quedarte, y la jubilación una vez envejeces es más que excelente. Porque doy por hecho que quieres entrar.
Aún impresionado por la capacidad de deducción del ángel, encuentra una idea en la que depositar su mente, y sobre la que puede articular palabra.
-Probablemente haya tenido suficiente suerte como para desaprovecharla. Esta legión parece coincidir en muchos aspectos con mis aptitudes, y probablemente pueda serme de ayuda en mi búsqueda.- Cree sinceramente que, aparte de entrar, deberían ponerle al mando de este batallón. Como poco.
-Sobre eso debes hablar con el capitán. Te está ignorando a propósito, sabe que te consideras superior a él. Te quiere dejar claro que no es así. Porque no es así. Tal vez en otro lugar, en otro tiempo. Pero no aquí, no ahora.
 Una vez más, el ángel lo abruma con su capacidad de leer el corazón de los hombres. ¿Tal vez sus pensamientos son demasiado evidentes? El joven, desarmado, se dirige sin mediar palabra hacia el capitán, con paso firme y actitud confiada.
-Hola- Saluda.
-Nombre, procedencia, motivo de tu estancia, y por qué un crío como tú porta dos sables que serían la envidia de cualquier espadachín jamás conocido por la historia de Rávnica, así como un anillo con forma de dragón.- El tono del capitán es cortante.

-El nombre de pila es Mikla, mi lugar de origen no lo conozco, pero antes que aquí, recuerdo haber estado en dos lugares, el primero es un pueblo en la región material del plano de Kamigawa, donde mi padre me enseñó esgrima y forjó mis sables. Luego desapareció. El segundo es Bant, un fragmento del plano de Alara, donde una mujer me acogió y me educó, pues era poco más que un niño salvaje y armado cuando me marché persiguiendo a mi padre.
El joven para, esperando a que el capitán pregunte sobre el anillo.
-¿Y qué hay del anillo con forma de dragón?- El tono del capitán es de suma desconfianza.
-Resulta complicado para un hombre compartir sus males de amores con otro cuando ni siquiera conoce su nombre- Hacer referencia a la hombría de los soldados suele funcionar para despertar camaradería, una enseñanza de Els.
-Capitán Tájic, al mando del Séptimo Regimiento de avanzadilla de la Legión Boros-
El capitán no es un trozo de metal insensible, después de todo.
-Hasta que no tenga un buen motivo para devolverte tu anillo, no lo haré. Puedes llevarte tus armas. No me gustan los hombres desnudos, por mucha ropa que lleven.


Todos los artes mostrados en esta entrada son  utilizados para las cartas homónimas del juego de cartas intercambiables Magic: The Gathering, todos los derechos pertenecen a Wizards of The Coast.

martes, 25 de marzo de 2014

Saga Hechicera - Lucha de Héroes

Saga Hechicera - Lucha de Héroes (X EPU)

Escrito por Ciervo

<<No le pidas a Dios una vida más fácil, pídele ser mas fuerte>>

Hoy es un día frío que amenaza tormenta en el plano de Malil y nos hemos visto atraídos hasta aquí con promesas de nuevos conjuros o aliados más poderosos con los que aplastar a nuestros enemigos. Quizá por eso hoy hay adeptos de todos los círculos: Piromantes lacayos de Rakdos, señores de las bestias, fanáticos de Erebos, adoradores de Aurelia... Y yo que sigo creyendo en las promesas de Jace Beleren referentes a la destrucción de la mente como forma de combate. Aún tengo reciente la imagen de hechiceros retorciéndose ante la desesperación momentos antes de que una de sus bestias me plaque contra una roca o me lance contra el follaje... Y yo odio mancharme con esos repugnantes seres corpóreos.

Esos y otros pensamientos pasaban por la cabeza de aquel al que llaman Ciervo, famoso por sus conjuros de dementación y erosión de tierras antes de que estas puedan materializarse en el plano donde pueden crear cualquier cosa.

También llamaba la atención un niño que empezaba a ser conocido por dejarse abrazar por los poderes de la oscuridad como ironía a su nombre puesto con la imagen de un ángel de pureza innegable que ahora apestaba con el olor de los cenagales y la muerte de sus siervos... A su eterno favor.

Una figura gigantesca y cubierta de ramas y malezas identificaban al señor de las bestias que venía golpeando desde otros planos con sus criaturas salidas de los bosques más profundos llamados por los siervos de Llanowar y otros pueblos silvanos adoradores de la naturaleza. Se le conocía como Taiga, el también señor de los fragmentados.

Los otros dos hechiceros formaban una extraña pareja: Un hombre vestido para la guerra con una armadura blanca e impoluta, al servicio de Aurelia y su legión de Boros y a su lado un hombre cubierto de girones chamuscados y ojos perdidos en locura y destrucción. Se decía que el hombre había degenerado a la furia roja de Chandra Naalar

-Míralos- susurraba el tritón hipnótico al agente de Beleren. -Antes de que se den cuenta no encontrarán palabras para pronunciar sus hechizos; ésa es la especialidad de mi señor... De TÚ señor.

-Recuerda que soporto a Jace por conveniencia- le respondió Ciervo al tritón -Pero tú no eres más que una cosa prescindible, así que no me obligues a tener que destruirte.

La criatura comenzó a reír.

-Te recuerdo que tus poderes solo afectan a los hechiceros. Las criaturas no tienen mente que quemar.

De pronto su rostro se torna serio y sus ojos comienzan a brillar.

-Tú me deberías temer ya que puedo destruir la mente de igual manera que tu lo haces a los demás.

El resto de hechiceros tenían conversaciones parecidas con sus "consejeros".

El soldado organizaba a sus tropas, el señor de las bestias terminaba de dar órdenes a los elfos, el piromante azuzaba a los diablillos y con su látigo atizaba a otras bestias que había traído, y el joven chiquillo simplemente se reía de su entorno.

-Atención hechiceros- Anunció el Ángel de Platino, un solemne árbitro de Malil.

-Ya sabéis por que estáis aquí, os estaré vigilando para que ninguno hagáis nada que manche el honor de este Plano. Al final del día se os otorgará vuestra recompensa. Con esto dicho, que comience la lucha.

No pasó mucho tiempo hasta que las primeras batallas comenzaran.

Maikol y su ejército observaban como transcurrían los primeros enfrentamientos encarnizados entre las dos parejas de hechiceros.

Taiga, el Señor de las Bestias, se lanzó de inmediato contra Ciervo ya que conocía su especialidad y prolongar ese combate sería dar un paso más hacia su condena. Los elfos le daban ventaja de maná y eso le permitió lanzar los fangos antes de que se perdieran en el olvido.

-Flamma ardeat oblivionis cogitationes tuae- pronunciaba Ciervo mientras Taiga sentía como cada pensamiento y cada palabra se quemaban como la brea incendiada dentro de su cabeza; pero ya estaba hecho. Las criaturas de Taiga devoraban los cangrejos que potenciaban sus poderes para usarlos a su favor y pronto el dolor de la cabeza de Taiga desapareció y solo quedó la imagen del cuerpo de Ciervo bajo las pezuñas de una de sus bestias esperando la orden para aplastarlo sin esfuerzo.

- ¡Déjale! ¡No supone ninguna amenaza para nosotros! - gritó Taiga a su criatura mientras se dirigía directo a por Maikol que aguardaba con el pendón en la mano y su ejército listo para cargar.

Los dos seguidores de las sombras libraban una batalla cruel pero decantada a favor del chiquillo por una simple razón: Keitaro, conocido por sus dotes pirománticas, había lanzado a los esclavos minotauros a la batalla antes de tenerlos siquiera organizados y ello se tradujo en una aniquilación total de sus fuerzas ante las tácticas implacables del chiquillo. Nadie esperaba tanta crueldad detrás de algo tan joven.

Tras encargarse de Kei, se fijó en que Taiga iba derecho a por Maikol y dejaba libre a Ciervo.

-Aún tengo más ganas de divertirme y han dejado un juguete desatendido para mí - Canturreaba Ángel mientras se dirigía a por la figura que luchaba por incorporarse con grandes esfuerzos.

-Al menos, me darán tiempo para prepararme como es debido- pensaba Keitaro mientras le asestaba una patada al cuerpo sin vida de uno de los grandes minotauros que había sido destrozado -Sacos de carne inútiles... Ya me encargaré de castigaros como es debido.

-¡CARGAAAD!- gritó Maikol a pleno pulmón mientras sus guerreros se lanzaban de lleno contra las bestias de Taiga en un frenesí de sangre y violencia. La batalla campal teñía de sangre las rocas y los arboles de los que emanaba el poder que alimentaba ambos ejércitos en una reyerta que parecía no tener un favorito... Hasta que los chamanes de Taiga recurrieron a una táctica para mover la balanza a su favor."Mother Earth e whakakahore ana ki te hakari e kua tenei koe" cantaban los elfos, y con cada frase que pronunciaban, Maikol sentía como el mana se escurría de sus dedos y no podía realizar sus hechizos mientras las bestias de Taiga ganaban terreno a mayor velocidad.

-Maldito gorila... Esto lo pagarás caro- prometía Maikol mientras se retiraba de la batalla ante la escalada de violencia de las bestias de Taiga.

Pero no se había llegado a alejar del todo cuando una bola de fuego estallaba bajo sus pies y lo mandaba volando unos metros de su posición.

-¿A dónde te crees que vas?- decía sonriendo Keitaro mientras su brazo izquierdo era cubierto por las llamas - Eres mío, soldadito, y vas a arder.

Ciervo se había levantado cuando Ángel se presentó delante de él con sus criaturas listas para la batalla. Viendo como habían ido las cosas antes decidió pasar a la ofensiva: si no podía agotar su mente, su cementerio alimentaría sus ejércitos. Con este pensamiento en mente, Ciervo alzó a sus zombies en armas para eliminar a la amenaza de manera contundente antes de que pudiera pestañear. La batalla se cobraba muchas víctimas pero algo extraño ocurría. Los cadáveres desaparecían y los zombies se debilitaban poco a poco según transcurría el combate.

De pronto se dio cuenta: Más de esos cienos invadían el campo de batalla y devoraban los cuerpos haciéndose más y más grandes.

-Con que los malditos oledores de flores no pueden estarse quietecitos sin amargarme la existencia... Ya me encargare de esa terrible molestia- dicho esto, Ciervo consiguió escabullirse de la batalla.

Ya había visto suficiente por el momento.

Ángel aún se reía cuando un Baloth montado por Taiga estuvo a punto de aplastarlo de una embestida.

-¿Te has hecho daño pequeñín?- bramó Taiga -Pues prepárate porque esto es solo el principio-

El señor de las Bestias reía ruidosamente mientras saltaba al suelo desde su montura aunque la alegría no le duró mucho ya que antes de tocar el suelo una criatura le interceptó de lleno haciéndole impactar contra el suelo de manera estrepitosa.

Los chillidos de los diablillos empalados en las lanzas Boros invadían el ambiente aunque cada cierto tiempo olas de fuego carbonizaban a los soldados que llegaban a la vanguardia de la refriega. Llegado el momento, Keitaro canalizó el maná que lograba extraer de las montañas y mando un chorro de fuego y escoria directo hacia Maikol que solo podía rezar por que el sufrimiento acabase pronto. Para su sorpresa, la oleada acabó súbitamente ya que Keitaro se había quedado sin suministro mágico pero eso no le alegraba ya que estaba cubierto de quemaduras y apenas resistiría un par de golpes en pie.

Las tropas de Maikol seguían controlando a los diablillos Rakdos que se lanzaban a por él hasta que, detrás de sus filas, Keitaro se reía mientras su mano comenzaba a arder: Tenía un ángulo perfecto y el remate listo. Después de recolocarse en una posición óptima para el disparo, Kei apuntó al hechicero Boros con su mano terminando de recitar el conjuro pero Maikol entonces golpeó el suelo y Kei se dio cuenta de la trampa: Bajo sus pies se iluminó el Sello de Boros que detonó dejándolo inconsciente tras aterrizar en el suelo aún humeando. Maikol entonces consiguió esbozar una sonrisa mezclada con una mueca de dolor.

-Vaya... ¿Eso ha sido todo? y yo que empezaba a divertirme.

Ciervo desde la espesura observaba como el combate entre Taiga y Ángel terminaba con ambos hechiceros al borde de la extenuación mientras las bestias se destrozaban entre sí aunque estaba claro que Taiga mantenía el control sobre Ángel y su final sería irremediable.

-¿Es que no te cansas de fracasar miserablemente una y otra vez? Estoy seguro de que Jace no se alegrará de..." de pronto, las palabras del tritón se interrumpieron al impactar un haz negro contra él atravesándole el pecho.

Poco después de que la luz de sus ojos se apagara, Ciervo alzó una mano sobre el cuerpo y, recitando unas palabras, una sombra emanó del cuerpo inerte dando formas a un espíritu atormentado que era capaz de poco más que servir a los deseos de sus amos.

-Te lo advertí, y ya es hora de que reclame lo que me pertenece por derecho. Sentenciaba Ciervo mientras poco a poco dejaba que la oscuridad se mezclara con los poderes mentales que había obtenido hasta entonces.

<<No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla sino la negligencia del campesino>>

domingo, 23 de marzo de 2014

Encuentros Casuales (II) - Escaladas de armamento y experimentos fallidos

Hola amigos!
Os traigo de nuevo a la sección de Encuentros Casuales mi opinión vista las semanas que llevamos hasta ahora ^^

Han pasado muchas semanas y de sopetón hemos tenido dos EPU's con diversos combates reñidos y disputados. Su final ha marcado la que es ahora una demoleadora verdad.
Los EPU's se han convertido en auténticas lizas de combate competitivo.
Dicho de un modo convencional, los combates son cada vez más duros.

Más claro agua ^^U
No quiero criticar esta escalada de armas, es algo que todos quisimos en su momento cuando leí las sugerencias al iniciar un periodo de propuestas anterior.
Pero sí es cierto que las disputas son más contundentes y poco a poco se van teniendo más oportunidades de ascender. El coto puesto por Jumler ha sido sobrepasado y Taiga parece ser el más firme en esta carrera de EPU's ahora.

El incremento del poder del señor fragmentado no es el único en demostrar que algo está cambiando en los EPU's. Jugadores como Maikol y Ángel han demostrado sus garras al igual que Arkarian asustó en tiempos anteriores. Viejos conocidos como Annie y Ciervo se han acercado a comprobar con sus ojos cuan preparados estamos todos delante de participantes con mucho potencial.

Hemos pasado de las categorías inferiores a una división nueva, no cerca del estilo competitivo de torneos oficiales o FNM pero sí a un nivel intermedio. Queda tambien demostrado que nuestros niveles de exigencia ante el rival son muy altos y los experimentos en mazos no probados no es muy buena idea ante los mazos competitivos con los que nos enfrentamos.

Yo mismo he tenido muchos problemas en estos dos últimos EPU's para demostrar mi potencial. En este último, el probar un mazo de minotauros (con el Mogis agraciado en el anterior EPU) fue un craso error que unido a la mala suerte en el azar de mi mazo más brutal (un Gruul modificado) ha precipitado mi caida y mi actual 3º puesto en la general.

No hay más culpable que yo al volver a intentar lo que en mis inicios califiqué como distintas oportunidades de juego. Debo restringirlo a los amistosos y usar los mazos mas fuertes que tengo (Orzhov, Gruul y Selesnya) sólo en los torneos. Ninguno más sin haberlo usado antes.

Apercibido de ello, vuelvo a confiar en la victoria. Quiero volver a retaros de nuevo dentro de una semana (el XI EPU) para demostrar que Keitaro no solo experimenta sino que con paciencia puede ganar.

Algo que me ha gustado por encima de experiencias personales es el significativo progreso de Ciervo, Maikol y Ángel, firmes candidatos en disputar el liderato a quien lo consigue todas las semanas.

Espero que os haya gustado compartir momentos con todos nosotros y gracias por confiar en la organización de los EPU. Intento conseguir las mejores oportunidades dado a que os lo mereceis.

Un saludo a todos!
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sábado, 22 de marzo de 2014

¡Nuevas propuestas en EPU's!

Voy a poner nuevas ideas para Hechiceros MTG para fijar unas metas particulares. Todos podréis votar hasta el 15 de Abril.
(Votad en la encuesta de la columna derecha indicando la opción que aparece aquí)
  • 1.-Gran evento EPU a inicios de Verano (o fecha por definir) . En dicho evento podrá haber casos excepcionales como que los puntos valgan doble o que cuenten los puntos de descanso (si los participantes suman un número impar). Si se cuenta con ello, se hablará con el encargado de Generación X para incremetar las recompensas (y con ello el precio de la participación)
  • 2.-Temporada de EPU. Durante el presente año y tomando como referencia el I EPU (2-11-13) se reiniciará una nueva temporada con nuevos EPU's cada año. Dependiendo la asistencia y la capacidad de aforo algunos años habrá más o menos eventos.
  • 3.-(Torneos) EPU limitados. Es decir, realizar un número determinado de EPU's y calificados por separados a su vez. En dichos torneos limitados (me gustaría llamarlos Marcos) podrían contemplarse un gran torneo final (o inicial). 
*3.1 Se distingue del anterior caso puesto que estos Marcos o Torneos Limitados son más cortos (nunca más de un año completo de duración) que una Temporada de EPU.
  • 4.-Liga (definitiva) de Hechiceros MTG. Habiendo visto el resultado de los X+1 EPU's hasta ahora tambien podemos firmar una liga especial (similar a las deportivas) Si os decanatáis por esta opción se puede introducir o no los datos registrados desde el I EPU. La duración será limitada y puede haber más de una liga por año completo. 
*4.1 Se distingue de la temporada de EPU por su formato de liga (se perdería el nombre de torneo pero no sus recompensas y su posterior resultado)
  • 5.-Mantener el formato actual de Torneos Independientes EPU con tabla de datos acumulativa. Los sucesivos EPU's acumularan el registro actual de datos.
  • 6.-Vuestro formato y sugerencias . Indicar cuales habiendo marcado el 6 y dejando un comentario aquí. En casos excepcionales se podrán atender a sugerencias por mail.
Cualquier duda o consulta disponeis de los comentarios, grupo de WA o mail de sugerencias (al fondo del Blog) a vuestra disposición.

Un saludo y decidid pronto ^^

viernes, 21 de marzo de 2014

Evento PU (X) - Saga Hechicera "Lucha de héroes" - 22 de Marzo

¡Hola a todos!
Celebramos el X Evento PickUp del sábado 22 de Marzo en la tienda de GenX Carranza a las 11:00. Éstos son los resultados:
Clasificación del evento
  1.  (T) Taiga 6 puntos
  2.  (M) Miakol 3* puntos 
  3.  (A) Ángel 4 puntos
  4.  (C) Ciervo 2 puntos 
  5.  (K) Keitaro 0 puntos
*Maikol queda 2º por encima de Ángel en el X EPU porque el descanso cuenta como victoria. -------------------------------------------------------
Resultados de las partidas 
Torneo eliminatorio suizo
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Los nombres están abreviados por sus inciciales  //  En negrita los ganadores
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 1º ronda
K vs A (0-2)
T vs C (2-0) 
M descansa
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2º ronda
A vs C (2-0)
T vs M (2-1)
K descansa
----------------
3º ronda
K vs M (0-2)
A vs T (0-2)
C descansa
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Clasificación general
Nombre [nº de eventos-nº partidas totales] X puntos (Victoria 1pto) (Victorias-Derrotas)
1- Jumler [8-23] 39 puntos  (39-19)
2- Taiga [10-29] 32 puntos (32-34)
3- Keitaro [11-23] 33 puntos (33-41)
4- Annie [5-14] 12 puntos (12-19)
5- Ángel [4-10] 11 puntos (11-11)
6- Miakol[3-2] 11 puntos (11-11)
7Arkarian [2-5] 10 puntos (10-2) 10- Ciervo [4-10] 5 puntos (5-15)
8- Kike [1-3] 4 puntos (4-5)
9- Erebos [1-4] 4 puntos (4-5)
11- Seth [1-3] 0 puntos (0-6) 
  • Keitaro (Organizador ) Farolillo Rojo
  • Taiga Campeón III - IX - X EPU
  • Maikol Subcampeón X EPU
  • Ángel 3º en X EPU
  • Ciervo 4º en X EPU
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"La escalada de violencia no acababa más que comenzar. Keitaro volvió al plano de Malil para reunir a sus viejos compañeros de batalla...
Annie había vuelto a su biblioteca de la subciudad pero le había enseñado algo muy importante. Algo que todavía ahora sigue guardando con recelo ante todo el mundo.
A pesar de ser 3º en el IX EPU no le sirvió de mucho, había algo con el gremio Orzhov que le disgustó y tuvo que adentrarse en un plano desconocido para él. Thero le sirvió de guía y Nyx se ha convertido en su meta.
Pero para ello debe comprobar si está preparado para el viaje. Los anteriores combates (Ver "Vuelta al escenario" y "Dúo Fatal") le dejaron en mala situación pero, como siempre, se obtina en superarse a si mismo..."
"El poder de observar a todos desde el trono de líder no distraía a Taiga de sus trabajos de experimentador. Al igual que Ciervo, el pescador de ideas, ambos no dejaban de mejorar sus hechichos para hacerse más fuertes. Ángel, el joven prodigio, contaba con algo realmente siniestro: poderes de Erebos y se empezaba a verle acompañado por Jace Beleren. Garruk insistía a Taiga que tuviera cuidado y Ciervo dejó la labor de espía que hacía de cuando en cuando para concentrarse y depurar ideas más rápidamente que el pasado evento..."
"Cuando Maikol llegó a Malil supuso que encontaría luchas reñidas, como en los campos de batalla de Boros. De allí salío con una formidable legión de soldados al mando de Boros y adoradores de Gisela. Dice la leyenda que Maikol llegó a las lizas de batalla por su propio pie tras derrotar a todos los guardias de la fortaleza Boros. Eso con tan solo 12 años. Aunque no se atreven a decirlo en su presencia se cree que es un descendiente de Akroma, venido a las tierras de Rávnica y Malil para sembrar la discordia en todos los planos y precipitar la llamada a los ángeles de nuevo (Ver arco de Innistrad- Avacyn Restituida) Aunque nadie sabe de que lado está, si de la parte de Akroma, diosa de la ira en la guerra o de Gisela, diosa del orden en batalla..."
Sin duda, una lucha de héroes había comenzado...

martes, 18 de marzo de 2014

Saga Hechicera - Vuelta al escenario

Saga Hechicera - Vuelta al escenario (EPU IX)

"Volvemos a las andadas" pensó Annie. Frente a ella se erguían todos sus contrincantes, apenas cambiados desde hacía tanto tiempo. "No puedo volver a enclaustrarme a meditar en cuevas. Y menos en cuevas resbaladizas, donde te lesionas y toda tu meditación consiste en rumiar que tus enemigos están haciéndose con nuevos hechizos mientras tú bajas la hinchazón de un pie metiéndolo en agua de río".

Taiga ya tenía la vista fija en ella. Keitaro y Ciervo parecían enamorados de tanta intensidad que había en sus miradas. Supo que Ángel aún necesitaba un tiempo para enzarzarse en una pelea. Aún era joven, quizá demasiado para estar viviendo estos tiempos de locura, en los que los invocadores luchaban unos contra otros simplemente porque sí. Annie se preguntó quién habría iniciado aquella escalada de violencia en la que, una vez entras, no tienes más remedio que pisar el cuello del de al lado para sobrevivir.

Como si se tratara de un paseo, Taiga caminó hacia ella y Annie le siguió hacia los bosques. Nadie hubiese dicho que fueran a combatir a muerte. Estaba ansiosa por probar su nuevo conglomerado de hechizos contra sus molestos fragmentados. Sabía que con el control sobre las invocaciones de Taiga podría alzarse con la victoria, pues un fragmentado sin un rompecabezas que completar no es más que un vil insecto.
Sin embargo, cuando vio que Taiga comenzaba a invocar enormes monstruos verdes, se acordó de que Keitaro le había advertido de su reciente alianza con Garruk. "Maldita sea" pensó mientras resistía con todas sus fuerzas el embiste de las criaturas, "me he metido en la boca del lobo como una idiota". Ni siquiera sus hechizos de fuego pudieron con la espesura donde luchaban, pues eran hechizos nuevos que no dominaba igual que el agua que la había acompañado toda su vida, y poco a poco cayó derrotada.
Taiga, sin embargo, no se jactó. Tampoco tuvo piedad, todo hay que decirlo, pero al menos se marchó dignamente a buscar un lugar donde recuperar fuerzas, y Annie le imitó segura de que aquello no había terminado. Sólo un poco más, se dijo. Sólo tenía que dominar más profundamente el fuego para controlar a todos sus enemigos, pues quedarse a las puertas no era una opción.

A Keitaro tampoco le iba mucho mejor. Ciervo, cuya especialidad era anular los hechizos en el repertorio del contrincante antes de que pudiese pronunciarlos, estaba dejando sin recursos a Keitaro a velocidad de vértigo. Annie observó cómo su mente se iba agotando y cada vez le costaba más usar la imaginación para sobrevivir con lo poco que tenía a mano. Finalmente cayó también y, agotado hasta el límite de sus fuerzas, se retiró hasta donde Ángel esperaba pacientemente. El joven invocador lo miró yacer a su lado.
-¿Tan mal se te ha dado?
-No -jadeó Keitaro-. Sólo le he agotado para ti.
Ángel rió.
-Lo siento, pero mi objetivo es Taiga. Le he visto combatir contra Annie y creo que quiero derrotar a sus bestias verdes. Garruk me cae mal, ¿sabes?
-Pensé que tenías un pacto con él.
-Pacto, no amistad.
-No te preocupes, Keitaro -dijo Annie, acercándose por la pradera que lindaba con los bosques, ya más recuperada-. Ahora que Ciervo está flotando en su nube, iré a por él. 
-Pero te deja sin hechizos -protestó Keitaro-. Notaba cómo iban desapareciendo de mi cabeza, como si los olvidase. Y tú luchas con conjuros y magia instantánea...
-He estudiado ese tipo de magia. Simplemente hace morir a tus ideas... pero eso no quiere decir que no se puedan recuperar, ¿verdad?
Annie sonrió, enigmática, y Keitaro dejó caer la cabeza sobre la hierba.
-Como desees -suspiró-. Pero luego no digas que no te lo advertí.
-Tú siéntate y observa. Ángel -dijo entonces Annie, volviéndose hacia el joven-, derrótale. ¿Lo harás por mí?
-No. Lo hare por mí.
-Me parece bien -sonrió ella-. Ahora corre. Por ahí viene Ciervo a probar la derrota.

Ciervo, efectivamente, se cruzó con Ángel sin mediar palabra y firmando una sentencia que vendría poco después.
Fue rápido: Ciervo era bueno y sus hechizos eran realmente poderosos, pero Annie había pasado mucho tiempo entre los muertos y sabía que las invocaciones no nacían sólo de la mente. Por eso fue que cada hechizo derrotado surgió de la tierra para volverse en contra de Ciervo y cada criatura que Annie invocaba se nutría de los espíritus de sus compañeros caídos. Ciervo, sin más defensa que un par de criaturas que servían para provocar amnesia más que para luchar, acabó cayendo ante la arremetida de los muertos que él mismo había creado.
Al terminar la batalla, e incluso antes de que pudiesen intercambiar palabra (o insulto) alguna, oyeron un gran estruendo en los bosques.
-¿Esos son Taiga y Ángel? -preguntó Keitaro, que ya parecía recuperado del todo.
-Parece que la fuerza bruta contra la fuerza bruta no hace más que alargar el resultado -comentó Ciervo. Sus heridas no eran graves, aunque sí lo suficiente para hacerle jadear.
-Vayamos a ver.
Boquiabiertos, pudieron ver la eterna y feroz batalla entre Taiga y Ángel. Muchas veces tuvieron que cambiar de sitio para que un árbol no les aplastara, y muchas veces Annie y Ciervo tuvieron que recurrir a hechizos que los teletransportaran a lugares seguros. Cuando parecía que no iban a poder librar una batalla más, y después de tres sangrientos y destructivos asaltos, Taiga se alzó finalmente con la victoria.
-Maldita sea -masculló Annie, casi sin fuerzas-. Yo apostaba por el chaval. Ya no tengo más fuerzas para volver a luchar, después de una derrota y tanto teletransporte por el bosque...
-Yo iré a por Taiga. Sus fuerzas están mermadas y no podemos dejar que siempre gane, ¿no? -dijo Keitaro-. Tú descansa. Aún tienes que dar algunos pasos, maestra.
-No me llames así. Yo sólo te vapuleaba por entretenerme.
-Yo voy a por Ángel -dijo entonces Ciervo-. Tengo que resarcirme. 
-Suerte -masculló Annie mientras apoyaba la espalda en un árbol y cerraba los ojos-. Y no me hagáis teletransportarme más.

Keitaro, renovadas sus fuerzas, saltó al frente decidido a terminar con cada bestia que saltara a su paso. Pero no fueron bestias lo que se encontró.
-¡Fragmentados! -oyó Annie a lo lejos, y soltó una carcajada.
-Qué tipejo... -rió.
Los fragmentados se multiplicaron antes de que Keitaro, que se había lanzado demasiado pronto a matar criaturas enormes pero solitarias, pudiese diezmarlos lo suficiente para que no se conviertieran en un enjambre de criaturas conectadas y fortalecidas entre sí. Acabó cayendo por su impaciencia, como siempre que caía. "¿Cuánto vas a tardar en notar que los nervios te hacen más daño que los hechizos?", pensó Annie cuando se hizo el silencio de la derrota. Suspiró y se levantó para ir a esperarlos a la pradera.
Taiga, sin embargo, le tendió la mano a Keitaro y, juntos, volvieron al prado sin más palabras que aquellas que intercambian unos amigos que se acaban de reconciliar tras un pequeño roce.

Ciervo volvió a intentarlo con Ángel, pero su técnica no fue lo suficientemente rápida, o quizá estaba cansado de las interminables luchas, pero no atinó a dar con los hechizos necesarios para agotar la mente de Ángel hasta la derrota. El joven hechicero hizo un excelente uso de sus menguantes recursos y, con esfuerzo pero de forma efectiva, derrotó a Ciervo en dos asaltos consecutivos. 

Al cabo de un rato estaban todos en el prado de nuevo, como si no hubiese ocurrido nada.
-Es gracioso lo rápido que nos recuperamos los hechiceros de las heridas, ¿verdad? -comentó Taiga con una sonrisa.
-Depende de los palos que te hayan dado, amigo -replicó Ciervo, aún un poco magullado.
-Pero -intervino Ángel- ¿por qué hemos de luchar? ¿Dónde está la guerra?
Todos guardaron silencio. Como siempre, nadie encontró la respuesta al eterno interrogante.
-A mí me divierte -dijo Taiga simplemente.
-A mí también, al principio. Pero acaba por ser peligroso.
-¿Y cómo empiezan las guerras, si no? ¿Cómo luchan los soldados? -exclamó Annie-. Primero luchas por tu patria, por salvar a los tuyos. Y, poco a poco, te vas dando cuenta de que los tuyos no están contigo, que bien podrían haber muerto mientras tú te hacías el héroe, y quieres volver a casa. Pero para cuando te arrepientes, ya has matado a miles de personas, personas que podrían haber sido tu amigo, y el resto te odia tanto que tienes que seguir matando para poder volver a casa. Y sigues en la guerra.
-Es cierto -asintió Keitaro-. Todos aquí empezamos porque la magia es fascinante, por ser alguien diferente a los demás y porque alzarse con la victoria es adictivo. Pero después...
-Pero después empiezas a apreciar tu integridad física -dijo Ciervo.
-Y acabas comprendiendo que la partida nunca acaba -continuó Taiga con una sonrisa indulgente-. Que si quieres cuidar tu pellejo no hay más remedio que arrancárselo al que tienes enfrente lanzándote hechizos. Pero eso no impide que seamos amigos, ¿no? -rió.
-Entonces... -caviló Ángel tras una pausa-. ¿Esto nunca acabará?
-Oh, sí, acabará. Pero hasta entonces hay que sobrevivir, ¿no crees?
-Supongo...
-Es decir, que dentro de poco nos vemos de nuevo -dijo Ciervo-. Y puede que se apunte más gente.
"Que se apunten", pensó Annie. "Aún tengo un as en la manga. Puede que esta estúpida guerra no termine nunca, pero si consiste en arrancar pellejos, me tendréis la primera en la fila con un cuchillo bien afilado".

Y la guerra apagó las luces y se fue a la cama, esperando otros nuevo episodio de amistosa violencia mágica.

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Bueno, esta es mi primera entrada en el blog ^^. Espero que no se os haga muy pesado, es difícil sacarle un trasfondo épico a un torneíllo de cartas entre colegas. He intentado hacerlo interesante y ligerito de leer, aunque no sé si lo habré conseguido xD.

En fin, chumachos, os veré pronto ^^. ¡Saludos!

domingo, 2 de marzo de 2014

Saga Hechicera - Dúo fatal

Me gustaría empezar recomendando que mientras leeis ésta pequeña historia escuchéis ésta canción de fondo

Keitaro estaba atravesando un bosque tranquilo en el plano de Malil hasta que se topó con Garruk, el emisario más brutal que había engendrado cualquier plano conocido. Desgraciadamente no estaba solo, lo acompañaba Taiga, el señor fragmentado.

Ambos empezaon a avasallar a Keitaro sin miramientos y éste se dió cuenta que a pesar de su poderío solo eran unos juegos de los que no le habían avisado.

Cuando hubo probado el sabor de la tierra varias veces vencido ante el potencial de tamaña pareja, Keitaro recurrió a su chispa letal de Gruul y resultó efectiva. En parte.

Taiga se desprendió de Garruk confiando de nuevo en su poder en las criaturas desatadas domesticadas por Rakdos y desviando la balanza a su favor.

- ¿¡También los artistas de la sangre, Taiga!? - exclamó Keitaro otra vez derrotado- Vamos ¡Enseñame algo más nuevo!

-No te daré el placer, es el momento ideal de rematarte - sentenció Taiga.

Keitaro sacó su última esperanza, los fieles de Orzhov. Confíando en la conjura y el fatalismo de sus criaturas buscó una bue estrategia para perforar los fragmentados de Taiga Laria de nuevo.

Para desgracia del rival, los fragmentados no acudieron a la llamada de su señor y Taiga sufrío una gran derrota.

Keitaro, lleno de heridas y maltrecho había vencido solo un par de veces a Taiga que solo tenía resguños leves y había ganado casi todos los asaltos.

- Ésto ha sido una demostración - dijo Taiga antes de desaparecer - En el próximo evento lo tendrás así de complicado.

Keitaro dió un puñetazo en el suelo que le salpicó de barro la cara.
"¡Maldita sea!" pensó para si mismo apretando los dientes " Pensé que mis mejoras bastarían. No puedo dejarle ganar tan fácilmente ¡Se supone que cuento con suficiente poder para ganarle más veces! ¿Qué me falta?"
Las ideas le empezaron a confundir y se le nubló la vista.

Como todas aquellas veces, una pálida luz azulada surgió de la oscuridad de aquel bosque. La portadora se acurrucó entorno al cuerpo de Keitaro y ambos se desvanecieron sin dejar más rastro que unos granos de luz azul celeste.
Su maestra le había vuelto a auxiliar.

(Basado en las partidas del 1-4-2014)