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sábado, 13 de septiembre de 2014

Aprendices de Malil II - Saga Hechicera I - Trama de Drena


La trama de Drena y sus consecuencias

 (Continúa en capítulo I)


 Crea volvió a Malil y rápidamente gano favores de todos los habitantes de Malil, incluidos los hechiceros como Gorgo, maestra en la juventud de la Furia y de Annie. Aquello provocó a Drena que, lejos de hacer lo mismo, huyó a las más profundas cuevas de Malil buscando una forma de vengarse de su hermana.



Crea formó un grupo consolidado de hechiceros, abanderado por la maga Gorgo y se fundó una academia mágica que forjó a varias leyendas en todo plano conocido. Fue por aquel entonces cuando Annie partió hacia Rávnica y un joven inexperto empezó a ir a esa academia. Aquel chico era Keitaro. Más tarde se convertiría en el creador de las Arenas de Malil y el bendecido con el don de la Furia.

Drena conoció a un humano que usaba trampas contra sus rivales en las cuevas. Le gustaba, era sagaz y osado. Él supo quién era ella e intentó usarla para sus propósitos. Drena sabía que se proponía y se inventó una hábil estrategia para distraerle y dominarle. Le retó a que diera caza a todos los grandes dragones de los planos y se los llevase ante ella. Ciervo, el hechicero en cuestión, aceptó sólo si cuando lo hubiera conseguido, aceptaría ser su amante. Drena, sabiendo que la empresa era difícil accedió.

Ciervo, gracias a sus trampas astutas, cazó a decenas de dragones y tentó a los de Rávnica a una contienda singular: una cacería. O ellos le cazaban a él, o él les cazaba a todos. Niv-izzet, gran sabio, no quiso participar y alertó a sus congéneres del peligro que acarreaba el reto de Ciervo. Sus compañeros no le quisieron oír y muchos fueron apresados por el aprendiz trampero. No se sabe a ciencia cierta cómo los dragones, prisioneros, fueran sometidos y acabasen atacando Rávnica. Cuanto todo gremio los detuvo y emprendió las pesquisas posteriores, encontraron al hechicero, a punto de asesinar al gran Niv-izzet. Misteriosamente, no recibió la pena de muerte. Tan sólo fue exiliado a Malil.

Cuando volvió, Drena descubrió que no había cumplido con su reto. Pero, no obstante, Ciervo le ofreció algo mejor que una manada de dragones: a su hermana, Crea.

Nadie sabe aún quien activo esto, los Dimir o Annie.
Ciervo le contó a Drena que había estado confabulado con los Dimir en Rávnica. Los dragones fueron tan solo una distracción para acordar con los Dimir el asesinato del líder Ízzet. Al no cumplir a tiempo esa promesa, los Dimir quisieron que en su exilio consiguiera lo más poderoso de su plano y se lo entregase a ellos como pago por su vida.
Drena se vio recompensada. Un lacayo amigo de los Dimir, los más taimados de Rávnica, iba ayudarla a batir a su hermana, que se había consagrado como protectora de Malil. A pesar de no contar con dragones, Drena contaba con el más astuto de los hechiceros a su lado. Sería fácil atrapar a su hermana.

Como fueron los dragones fueron los únicos sentenciados a morir en Rávnica, Annie, como su vieja amiga y protectora, tuvo la difícil elección de su propio exilio a Malil o su compromiso leal con Rávnica siendo ésta última su elección. Annie se juró que acumularía conocimientos e investigaría también la osada trama que había detrás de todo. Ella misma le daría caza y se vengaría de todos sus compañeros draconianos que habían muerto por culpa de los Dimir y, sobre todo, por su agente: Ciervo.

Mientras tanto, el campeón de las arenas de Rávnica y miembro Ízzet también se puso en marcha para batir al asesino que iba a matar a su señor. Juno iría a por él, aunque tuviera que usar poderes demasiado peligrosos para él mismo. Tras usar a Emrakul, desapareció y no  se le volvió a ver…

Experto buscador, brillante invocador.

Cuando Crea tuvo conocimiento de lo acaecido en Rávnica y de la amenaza que suponía Ciervo, decidió blindarse. Gracias a los favores en la tierra y en el cielo, obtuvo la bendición de la invocación. Un don que convocaba a multitud de hechiceros. Los mismos surgieron en Malil  y muchos curiosearon más allá de las ciudades, llegando a Alil, despoblado e infectado de bestias pero lleno de tesoros perdidos.

Allí, un joven hechicero encontró una clave en unos viejos manuscritos. Allí se detallaba como conferir el mismo poder de Crea a los hechiceros humanos. Con eso, podría ayudarla y ser su sirvo más leal.

El joven mago Eloy, junto con un destacamento de aprendices de Malil, se acercaron a las Arenas creadas por Keitaro, el Inmortal, para demostrar su poder. Al igual que Annie, quien había diseñado un reto contra Taiga, el señor  fragmentado y líder del trono de Malil. Pero en realidad era pura fachada. Lo que iba a hacer era cazar a Ciervo y hacerle pagar por el sacrifico de sus amigos dragones.

Los demás participantes se enfrentarían de nuevo con la ilusión de la gloria que daba el sentarse en el trono de Malil. Casi todos desconociendo las tramas que impulsan a algunos…

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Mientras todos se congregaban, Keitaro, en un balcón y observando Malil, pensaba. A sus oídos habían llegado historias muy inquietantes que prometían espectáculo y revelaciones importantes en su siguiente evento. Aquel en el que los dos ángeles de Malil se enfrentarían en medio de un profundo caos.




- Crea y Drena enfrentadas, hechiceros por doquier, rencillas entre conocidos, tramas oscuras. Yo no soy quien para evitarlo, pero sí alguien que luchará contra todos… Es hora de comenzar lo que acabé.

Keitaro, el Inmortal
 Adepto Orzhov y creador de las Arenas de Malil



 Todos los artes mostrados en esta entrada son  utilizados para las cartas homónimas del juego de cartas intercambiables Magic: The Gathering, todos los derechos pertenecen a Wizards of The Coast.

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